Muchas veces los accidentes son imprevistos de la vida, algunos son casi impredecibles, ya sean lesiones consideradas de baja levedad, todas deben tratarse y llevar un cuidado para evitar daños irreversibles o algunas complicaciones en la rehabilitación.

Hay un gran número de tratamientos o terapias para tratar diferentes tipos de lesiones, si necesitas inmovilizar alguna parte de tu cuerpo es recomendable que optes por una férula.

Para el tratamiento médico de lesiones a nivel óseo y articular se suelen utilizar dispositivos durante la primera fase de tratamiento, con el fin de inmovilizar la zona lesionada y evitar que la misma se agrave.

¿Pero, que es una férula?

Es un dispositivo externo y rígido hecho de diversos materiales como aluminio, yeso, madera, cartón, plástico entre otras, y que es empleado en lesiones que ameritan la inmovilización.

Su finalidad es mantener en la posición adecuada, permitir el sostén e inmovilizar diferentes zonas del cuerpo, generalmente las zonas de mayor movilidad de forma temporal en el tratamiento de fracturas y luxaciones, para permitir el proceso de consolidación del hueso y cicatrización de los tejidos lesionados, además este dispositivo facilita la circulación tanto venosa como linfática de la zona afectada, y por último corrige y evita deformidades.

 

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¿Cuál es la función de la férula?

De acuerdo al área donde es colocada la férula cumple una función específica de inmovilización articular, así que cualquiera que sea su tipo cumplirá la misma función que es poner límites a la movilidad del segmento lesionado.

A diferencia del yeso la férula se puede ajustar y retirar por el mismo paciente haciendo de este un dispositivo fácil de usar.

A menudo su uso es por urgencia, al disminuir el dolor asociado al movimiento de las articulaciones y al prevenir un posible desplazamiento del hueso.

Las férulas pueden encontrarse en diferentes formas y tamaños, todo depende del área del cuerpo afectada. Pueden ser tan simples como pegar con cinta adhesiva dos dedos y llegar a ser tan grandes como para sostener las caderas o los muslos.

No olvides que la férula se adapta fácilmente a las diferentes partes del cuerpo. Por darte ejemplos, podrás encontrar férulas para brazos, tobillos, muñequeras, dedos y por supuesto que vienen en diferentes tamaños y formas.

 

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¿Cómo elegir mi férula?

Normalmente cuando se usa una férula, es porque se trata de una lesión grave y será tu doctor quien te de la ordenanza. 

Para elegirla correctamente, el doctor deberá saber la seriedad de la lesión, también puede tratarse de un tratamiento de reanudación de actividades o por recuperación post-traumatismo.

La fabricación de las férulas puede ser de plástico o de tela. El ajuste de estas, se hace por medio de ganchos, correas, hebillas y cordones.

Tienen que saber que las férulas se pueden quitar para lavar, para hacer descansar la lesión o para realizar ejercicios que sugieren los médicos.

Existen de la misma manera las férulas duras y están hechas de yeso o de fibra de vidrio que permanecen puestas a lo largo del tratamiento y es el médico quien puede ajustarlas o retirarlas según la progresión de la lesión.

                          

                         Hay diferentes tipos de férulas, para todas las partes del cuerpo.

 

  1. El tobillo articular

La férula se coloca al nivel del tobillo o en el pie mismo.

Las lesiones más frecuentes que atiende son: Esguince, fractura ósea, luxaciones, tenosinovitis, artritis, artrosis, lesiones neurológicas, distrofias.

En las férulas de tobillo podemos encontrar diferentes grupos de acuerdo a su función como por ejemplo: anti equinas, de descarga, correctoras posiciónales, estabilizadoras.

Por su parte las férulas estabilizadoras pueden encontrarse en 2 grupos: Las estabilizadoras, que su característica limita el movimiento medio lateral de la articulación. También incluyen algunos elementos específicos  como flejes, articulaciones, materiales rígidos, etc.

Y la Tobilleras, que son todas aquellas que no incorporan dichos elementos o que aun incorporándolos, están elaborados en tejidos fundamentalmente elásticos.

Las ventajas de esta férula son: Permite realizar un tratamiento funcional, no es necesario un reposo articular absoluto, permite una máxima estabilidad, disminuye los problemas dérmicos, se puede ajustar a las fisioterapias

Órtesis de inmovilización: Estas férulas inmovilizan total o parcialmente un segmento de la extremidad y en la posición deseada. Esta inmovilización puede prevenir, corregir o dirigir una deformidad, tratar la inflamación o el trauma.

  1. La férula de muñeca

Esta  ayuda a sostener la muñeca y el antebrazo al limitar la tensión y el movimiento, lo que ayuda a aliviar el dolor y promover la cicatrización.

El principio del tratamiento con una férula de mano es inmovilizar para aliviar el dolor y permitir una reparación primaria. El movimiento activo o pasivo, demasiado temprano, puede ocasionar más dolor.

 

La inmovilización permitirá mantener una posición funcional, todos los dedos que no requieran inmovilización tienen que mantenerse libres, el uso de una férula de mano, es requerido cuando hay fracturas de escafoides, fractura de Bennett o problemas con los tendones.

  1. El cabestrillo de inmovilización:

La bufanda o el cabestrillo son adecuados para inmovilizar una extremidad superior en caso de lesión o fractura. Proporciona soporte para el brazo, antebrazo, codo, hombro o mano, y previene posibles complicaciones.

  1. Férulas de contención

Su acción principal es lograr un vendaje compresivo, es responsable de cuatro efectos: Un efecto analgésico, térmico, anti edematoso, neuromotor.

Todas las férulas pueden ser modeladas según la necesidad del caso ya que están diseñadas para colaborar con alguna función del cuerpo.

Son usadas cuando existe una ruptura parcial o completa del tendón rotuliano debido una caída, a un salto, enfermedad crónica, artritis reumatoide, fractura.

Estos son algunos tipos de férulas, sin duda la debes elegir la que se ajuste a tus necesidades, sin olvidar la recomendación de un *ortopedista calificado. 

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Además ten en cuenta que existen riesgos de usar una férula no adecuada, al estar demasiado ajustada, provocando inflamación, causando dolor y limitar el flujo de sangre de la lesión.

La presión puede causar entumecimiento y hormigueo, también la piel bajo la férula puede resecarse y en algunos casos puede que le salgan llagas en la piel.

Recuerda también que las férulas como todo aparato de rehabilitación debe de tratarse con cuidado y darle mantenimiento, protegerla bien y mantenerla seca.

Esto quiere decir que antes de ducharse, debe envolver su férula en plástico y evitar todo contacto con el agua ya que una férula mojada puede hacer que le pique la piel. También evita de retirar el relleno dentro de la férula, ya que este relleno protege su piel.

Así que ya conoces lo que una férula puede hacer por tu salud, sus diferentes tipos y los cuidados que debes de tener para darle un correcto uso y tengas una pronta recuperación.

 

Creado por:

Gaby Pérez 

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